viernes, 28 de septiembre de 2012

En Directo: Jets - Dolphins

Bueno vamos a empezar con un poco de historia. Yo soy Mexicano y vivo en Guadalajara, me pueden llamar Pepenador o Pepe o igual simplemente PP si lo prefieren, es mi nickname de Jet Fan. Sigo a los Jets desde niño ya que el hechizo fue instantáneo cuando vi jugar al Sack Exchange (Gastineau, Klecko, Lyons, Salamm) por ahí del 83, desde entonces he sido uno de los más fieles y clavados seguidores de los Jets y así seguiré hasta que llegue el día de darle cuentas al creador.

Es más, mi esposa después de 5 años de casados (actualmente tengo 14) se dio cuenta que contra los Jets no iba a poder y ya sabe que de septiembre a enero de cada año, no hay ningún plan que valga si hay juego de los Jets; es más, ya hasta checa el schedule antes de hacer planes. Era para ella  aceptarlo o el divorcio y pues optó por aceptarlo, bien por ella.

Hace 8 años me armé de valor y decidí hacer realidad uno de mis sueños, ir a un juego en vivo de los Jets. Fue en San Diego en el 2004, (por cierto ganamos), y el problema es que ir fue como consumir la droga más potente que hay, te haces adicto instantáneamente. Después de ese juego he regresado 8 veces más a ver a mis Jets a diversas plazas:  Arizona, SD 3 veces, Dallas, N.Y. y tengo la gran fortuna de que cuando voy a verlos regularmente ganamos, tengo el nada despreciable record de 7-2 incluido una victoria en Play Offs en el 2005, vs Chargers en O.T.

Bueno, aclarado esto, debo decir que en mi agenda estaba como siguiente destino Miami y aunque no estaba claro el año, de repente se me puso de modo una invitación para ir entre semana a Atlanta, Georgia y pues organice el regreso a México pasando por Miami para ir a ver a los Jets.
Es importante señalar que cada vez que voy la paso mejor y es debido a que uno adquiere la experiencia para gozar el TAILGATE al máximo, déjenme decirles que en mi opinión es casi igual sino más divertido que el partido mismo y entre mejor lo organizas la pasas mejor.

En compañía de mi amigo Larry y contando con la fortuna de contar con una excelente amiga de mi juventud que vive en Miami y a quien re-contacté por Facebook (Bendito seas Facebook), organizamos todo lo previo para el domingo tener todo listo. Entre los utensilios básicos no pueden faltar: hielera, asador portátil, cervezas (muchas), Tequila, vino tinto o lo que cada uno guste tomar de alcohol. En el TAILGATE se puede tomar alcohol sin restricciones y eso es una maravilla, dentro del estadio no pasa lo mismo.

Llegó el domingo y 4 horas antes del juego estábamos llegando a las inmediaciones del SunLife Stadium, las filas de carros con logos y banderas de los Dolphins es como las migajas que Hansell deja para encontrar el camino a casa, basta seguir uno de esos  autos para llegar sin problemas al estadio. Al llegar te cobran 25 dólares por pasar al área de estacionamiento, allí te pones donde dios te dé a entender, pero “ojo”, es muy importante escoger un lugar cerca de amigos Jets a quienes podrás identificar sin problema por sus vestimentas y banderas en los carros.


Ya instalados en nuestro lugar bajas todo el armamento de la cajuela o portaequipaje del auto, y tomas tu zona de convivio. Nosotros llevábamos las Mexicanísimas carnes para azar, queso para hacer quesadillas, (tortilla de maíz o harina con queso derretido dentro), chiles, aguacates, cebollitas, salsas, refrescos y cervezas, “muchas cervezas”. Al lado nuestro se posicionaron unos amigos ecuatorianos, venezolanos y panameños que le iban a los Jets obvio y con quienes de inmediato hicimos química, los dos grupos se convirtieron en uno solo.

Si de entrada nos habíamos caído bien, el flechazo de simpatía fue instantáneo cuando el líder de ellos Chris (Un abrazo hermano donde quiera que estés) se acercó con una botella de Tequila blanco (yo soy de la tierra del Tequila, Jalisco), y pues un brindis con tequila blanco, derecho, en ayunas y a las 9 de la mañana, cae al cuerpo como autentico inhibidor de timideces y complejos, y ahí mismo empezó la fiesta.


Lo increíble del TAILGATE es que todos convivimos como si fuéramos unos mismo, a mí me encanta agarrar mi cerveza y caminar por todo el estacionamiento del estadio, y acercarme a cuanto tío veo vestido de Jet, y con solo decir el salvoconducto de: J-E-T-S, JETS, JETS, JETS. Te reciben con los brazos abiertos y te ofrecen una cerveza o un bocadillo de lo que ellos cocinan. En realidad más que comida para uno se trata de llevar comida para compartir con los demás, mis paseos por el estacionamiento duran hasta que me dura la cerveza, por eso me gusta comprar las de 16 onzas o un litro, así me dura más el paseo, ya que acaba la cerveza en turno regreso a la base, donde sigo conviviendo con mi gente y mis vecinos de parking y donde así como yo salgo a conocer amigos, llegan tíos vestidos de Jets a brindar con uno.

Además de todo esto, ustedes dirán y los Miami fans qué? Están pintados o no existen? Claro que existen; por cierto vaya que van delfinas hermosas al estadio; pero a diferencia de otros deportes, aquí puedes convivir sin riesgos entre unos y otros, (ya quisiera verme paseándome con la camisa del rival en un clásico de futbol en mi país, no salgo vivo!), y aunque éramos minoría, obvio por ser en Miami, los Miami fans se limitan a gritarte burlas y sarcasmos que ni molestan. Es más son medio bobos para tirar burlas, y casi su mayor burla es gritar  J-E-T-S, Sucks, Sucks, Sucks. Yo no me molesto, al contrario entre más gritan, más energía me dan para sacar el orgulloso pecho Jet. Sus burlas son para mí como el Sol para Birdman o las espinacas para Popeye.

He de confesar, que la sensación máxima fue una máscara de luchador (Lucha libre mexicana), que me regaló un amigo que es totalmente de los Jets; gracias Refrix tu mascara fue un éxito. Es uno de esos regalos simples pero acertados, y con esa mascara era un imán para las fotos, entre su servidor y mi amigo Larry compartimos por momentos la máscara y nos dimos cuenta que era un imán para atraer a las fans de Dolphins a las fotos del recuerdo, así que mi amigo Larry que es un tiro para eso de las fotos con mujeres, se la adueñó y no me molestó, al contrario yo era el que tomaba las fotos mientras él le daba vuelo a las chicas guapas.


También mis vecinos se sacaron un diez, al organizar unos juegos de competencia de toma de cervezas donde vaciaban dos litros de cerveza en un embudo y 5 o 6 tomábamos en diversas mangueras al mismo tiempo y el ultimo que acabara tenía que empinarse una copa de tequila como castigo, así que debo confesarlo, más de una vez hice trampa y me dejé perder, así que me tocó tequila para dar y repartir, vaya que me divertí!!


En condiciones normales no bebo tanto y si lo hago me emborracho rápido, pero ahí por el calor, la humedad, la euforia y la adrenalina, como que el alcohol pierde su eficacia en mí, no puedo decir lo mismo de todos, ya que las chicas que nos acompañaban vaya que salieron mareadas y caminando como en zigzag...

Cuando faltan 30 minutos para el kickoff, es hora de guardar todo en los autos y dirigirse al interior del estadio. La caminata es también muy divertida porque es donde se converge en mayor número y los gritos de J-E-T-S, JETS, JETS, JETS y sus respuestas de J-E-T-S, Sucks, Sucks, Sucks  parecen competencia de estudiantinas o rondallas. Yo creo que en toda la NFL nos envidian porque nuestro J-E-T-S, JETS, JETS, JETS es corto, potente, pegajoso y único; no conozco un grito de guerra mejor que ese en ningún equipo de la NFL. Las fotos de Larry con las chicas seguían por borbotones y ya en el interior del estadio tomamos nuestros lugares, parte alta y para ubicación atrás de las H donde Carpenter falló el Field Goal del Over Time.


En el estadio, ahí si me concentro en el juego y pongo atención a cada jugada, aquí sí mi vejiga me jugó una mala pasada, porque tuve que salir varias veces al baño a regresar las cantidades industriales de cerveza y tequila que había bebido. Aprovechaba los tiempos muertos y la ventaja es que no pierdes mucho detalle porque en los pasillos del estadio hay televisiones que pasan en tiempo real lo que pasa en la cancha, por ejemplo la escapada de Kerley en el 3er cuarto me la chuté (observé) haciendo fila para comprar cerveza.

La cerveza vale 7 dólares en el interior del estadio y sólo te venden 2 por viaje pero al final del 3er cuarto dejan de vender la última, de hecho tuve suerte porque precisamente estaba pagando 2 cervezas, cuando llega el aviso de que se suspende la venta de alcohol, pero como ya había pagado fueron las últimas 2 cervezas que se sirvieron. Me las llevé al grito de una docena de Miami fans de lucky gay, o suertudo.

Ya del juego que les cuento. Ustedes lo vieron, para mí fue el clásico juego que le he visto decenas de veces a los Jets, donde son mejores que el rival pero no aprovechan sus oportunidades, y al final sufres. Yo creía que perdíamos el juego, honestamente la patada de Carpenter de overtime pensé que había sido buena, porque justo cuando venía en nuestra dirección vi que iba para adentro pegada al poste y como frente a mí saltó un tipo fan de Dolphins cuando venia el balón ya no vi el final del viaje del balón; pero supe que se había fallado cuando vi saltar a los jugadores de los Jets incluidos Sparano y Rex Ryan. Ya en la repetición vi como al final hizo un efecto hacia afuera la bola.


Después de eso, lo más hermoso del juego vino en tanda de 2: el pase de Sánchez a Holmes fue como una daga que enterrábamos en todos los fans de Miami y también la patada bloqueada que yo supe desde el primer momento que no valía, porque vi al árbitro mover sus manos antes del centro; así que cuando los miles de villa-melones (aficionados que no saben mucho), de los Dolphins saltaban creyendo que la habían bloqueado, yo me volteé a buscar a fans de Jets que con la mirada coincidimos sin decir una palabra, que eran unos ilusos ya que una sonrisa tipo Joker de Batman nos llenó el rostro sabiendo que teníamos otra chance. Después vino la patada de Folk y el inconmensurable triunfo de los Jets y la salida triunfal del estadio; donde imagino debe ser muy parecida a un matador de toros que sale en hombros, porque los miles de Miami fans, que se acabaron sus gargantas de gritos y burlas, mágicamente se habían vuelto mudos y lo único que se oía por todos lados eran los J-E-T-S, JETS, JETS, JETS a muchos de los cuales me uní. Los abrazos y los choques de manos se hicieron presentes y el regreso a la base fue sólo para hacer comentarios finales, abrazos y despedidas con nuestros nuevos hermanos Jets, y el regreso a casa después de un día épico.


Por si esto fuera poco, la cereza del pastel llegó en el hotel. Llegué cansadísimo y medio borracho al hotel, así que en cuanto mi hermoso cuerpecito toco colchón, quedé dormido profundamente. La cruda o resaca me levantó y mientras fui al frigorífico por una cerveza, prendí la tele sólo para ver los segundos finales del Patriots-Ravens; y cuando vi los berrinches de Bellicheat, la cruda se me quitó de forma mágica y vino la carcajada, así terminó un domingo perfecto de NFL.

Hay muchos detalles que se me escapan, pero solo les puedo decir que si de verdad aman este deporte, deben de hacerlo por lo menos una vez, y ya de ahí si se hacen adictos o no es su problema, yo cumplo con advertirles que el abuso en el consumo del TAILGATE es nocivo para su salud.


Insisto, alguien avísele a Rex por favor que cuando he ido al estadio en persona los Jets han ganado 7 de 9, a como es Rex, capaz y me consigo patrocinio gratis y permanente a los juegos de los Jets.
Les adjunto unas fotos con algunas postales de esta aventura y agradezco la invitación a Directo Jets, por convencerme de hacer esta narración. 

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